La liga de Tenerife que perdió Feijoo

1. Alberto Núñez Feijoo se creyó presidente del Gobierno de España antes de tiempo. Los masajes en sus medios afines y clientelares, la sobreestimación de las encuestadoras (Gad3 y Sigma Dos salen escardadas de estas elecciones) y los resultados cosechados por el Partido Popular hace apenas dos meses le hicieron sentirse presidente. Sus asesores le aconsejaron abrazar el trumpismo y presentarse en los medios con un buen saco de mentiras sobre el Gobierno de Sánchez. Hasta que Silvia Intxaurrondo hizo lo que no quisieron los presentadores de AtresMedia; le paró los pies en una entrevista en prime time por la mañana en la televisión pública. Desde entonces todo le fue de mal en peor: se le cazaron otras fakes news, se le cambió el gesto de la cara, le temblaba la voz con asiduidad y afloró el nerviosismo en la derecha y sus socios de la ultraderecha. Feijoo acabó inventando una lesión y desapareciendo de un debate a cuatro con los candidatos por puro miedo. Para colmo, reflotaba en la prensa internacional su relación con los narcotraficantes gallegos. En el año 1992 el Real Madrid llegaba al final del campeonato de Liga con medio título en el bolsillo y enormemente confiado. Su soberbia le jugó una mala pasada y terminó jugándose el título en un último partido contra un rival hambriento que le hizo la vida imposible. A poco del final, un malentendido de película entre Rocha y Buyo dejó al Real Madrid sin título. Como Feijoó, que ya se veía presidente y ahora tendrá que rezar para que Junts no permita a Sánchez prorrogar su mandato.

2. Nunca antes los medios de comunicación y las encuestas fueron concebidos como armas políticas del poder antes que servicios a la ciudadanía. Nunca antes intentaron confundir a la opinión pública anteponiendo sus deseos a la propia realidad. Desde la dupla Ana Pastor y Vicente Vallés hasta la demoscopia por encargo de la derecha, o el lobbie más poderoso de la comunicación española, Ana Rosa Quintana, Griso y Ferreras, actuaron como activistas del Partido Popular en la campaña. Ni con esas arrasó Feijoo y la blanqueada ultraderecha, pero aún salvados por la campana, el monopolio televisivo de la derecha en prime time es extremadamente preocupante. 

3. De un modo absolutamente inesperado y peliculero, José Luis Rodríguez Zapatero, el único expresidente que ha hecho campaña por un futuro presidente, salió al rescate de un Pedro Sánchez timorato, que empezó la campaña de manera poco afortunada en el programa de Carlos Alsina. Pero un speech de Zapatero en el programa de Carlos Herrera, en el sacaba pecho por el fin de ETA bajo un gobierno del PSOE, defendía que Bildu participe con normalidad en la democracia y, para estupor de los contertulios de la Cope, apoyaba abiertamente a Irene Montero y la ley del «solo sí es sí», le otorgó al PSOE la iniciativa en el debate público. Vientos de cambio soplaban. La campaña estaba virando mientras ZP seguía a lo suyo, amable con las fuerzas de izquierdas cercanas al PSOE y con más determinación que nunca en el debate público. Hasta una portada paródica se ganó el expresidente, que mostró un talante diametralmente opuesto al de Felipe González, que nunca pidió el voto para Pedro Sánchez.

4. Pedro Sánchez fue muy pronto en busca de audiencias masivas y heterogéneas; consiguió movilizar a la izquierda acercándose a los centennials y millennials, luego flirteó con la escena indie, habló con Pablo Motos el televisión o Quequé en la radio, y, en definitiva, hizo un tour mediático, apresurado y amable que humanizó su figura, una figura más acostumbrada a recibir halagos europeos y estar alejada de la calle. Bajar a tierra le ha beneficiado y sumado simpatías, lo justo para disponer de una reválida.  

5. El PP, con sus acusasiones, ha ido acumulando no pocos enemigos en las instituciones públicas. Correos, Renfe o RTVE fueron señaladas por la derecha, todas supuestas armas del Sanchismo; ese enemigo etéreo, abstracto y endemoniado que no se sabe bien qué es pero que pretende perpetuarse. La conspiranoia de la derecha, otro modus operandi heredado del trumpismo, no ha resultado especialmente efectiva.

6. Sumar no suma más que el Podemos de Pablo Iglesias mal que les pese a su grupo gestor, pero suma mucho y, de alguna manera, frena la caída de la izquierda. Da la sensación de que a Sumar se le ha quedado corta la campaña. Yolanda Díaz tiene cien veces más afinidad con el PSOE que Iglesias, proyecta moderación, feminiza el liderazgo de la izquierda y ha ido de menos a más en sus apariciones públicas. El suelo de una izquierda, aún enfadada y fraticida, es mucho suelo y eso ha moderado la inercia negativa. Parece poco, pero es mucho.

7. La ultraderecha hizo del «Que te vote Txapote» y la animalización del adversario, Perro Sanxe, slogans de barra de bar para encefalogramas planos, pero con escaso calado en la ciudadanía más allá de los cuatro freaks trumpistas y exaltados. Su caricatura, cada vez más grotesca, obscena y simplista, le ha penalizado. La ultraderecha ha perdido muchísimo apoyo popular; ha perdido 19 escaños.

8. Pedro Sánchez sigue aportando capítulos a su particular manual de supervivencia. Su historia deja a las series de Netflix como vulgares épicas políticas. Sánchez sigue sumando victorias rocambolescas; porque en esta ocasión la supervivencia ya es una victoria propiamente dicha. Vienen episodios complejos y difíciles, en los que Sánchez tendrá que hacer malabares de forma excepcional, pero a ver quién se atreve ahora a apostar en su contra.

9. Con todo, la izquierda puede no gobernar y, sí lo hace, elevará su carácter Frankenstein a la máxima potencia. Queda mucha negociación por delante y Sánchez deberá licenciarse en sudoku. Ni el mejor guionista de Hollywood hubiera dejado la partida en manos de Junts, el partido cuya misión más alejada está de la mayoría social de este país. Todo puede pasar ahora, pero lo que está claro es que al bloque reaccionario no le da la aritmética y Abascal, que se veía vicepresidente o ministro de interior en pocas semanas, se le puede haber esfumado su gran oportunidad. “No pasarán”, decía la izquierda, y han puesto un bloque por delante, magullado y con grietas, pero con tanta gente y tan diversa sosteniéndolo, que al final ha sido verdad. No pasaron.

10. Y con todo, es una victoria a la defensiva de las clases populares. Seguir ganando derechos y libertades va a ser una carrera de fondo. La masa social con dignidad de este país le ha dado una bola extra a un posible gobierno progresista. Tendrá este ahora que gestionar sus cartas para estar a la altura de una ciudadanía donde la desigualdad y la incertidumbre siguen estando presentes cada día, la derecha y extrema derecha gobierna buena parte de los ayuntamientos y comunidades, y donde el neoliberalismo asfixia y hace la vida imposible a las clases populares. Ayer temíamos por nuestras gentes. Hoy respiramos. Mañana, quién sabe. 

La obra culmen de Sequeiros, analizada en ¡Qué grande es el cómic!

Cuarto programa de ¡Qué Grande Es El Cómic!.

En este nuevo capítulo debatimos sobre el cómic ROMEO MUERTO, de Santiago Sequeiros.

Hemos estado un mes viviendo de alquiler en La Mala Pena, conviviendo con seres con el alma destrozada y entregados a sus vicios, en un espiral de perdición. Ha sido una experiencia fantástica, que hemos analizado en una horita de podcast. De todos nuestros programas, uno de los más estimulantes y reconfortantes.


Participan en la tertulia Alejandro López (@Zimmerman1982), Alfonso Grueso (@Ab_Vital) y Javier López Menacho (@LopezMenacho).

Podéis escribirnos a qgeecomic2023@gmail.com. para cualquier comentario o crítica.


CRÉDITOS

Dirección y edición: Alejandro López Menacho.
Participan y asesoran: Alfonso Grueso y Javier López Menacho.
Voz cabecera: Vity García.
Voz datos técnicos: María Martín.
Música intro: Kai Engel – Something
Música datos técnicos: Doctor Turtle – Lullaby For Democracy
Música final: Revés (Nulø. Elige tu propia mentira, Blue Asteroid Records, 2018)
Todas las piezas musicales, salvo la canción de Nulø, que ha sido cedida, tienen licencia Creative Commons.

Cuando el trabajo mata

En este nuevo programa de ¡Qué Grande Es El Cómic! debatimos sobre el cómic «Cuando el trabajo mata”, un tebeo basado en la investigación de Hubert Prolongeau, con Arnaud Delalande al guion y Gregory Mardon al dibujo.

Llega el turno del tercer programa de ¡Qué Grande Es El Cómic!.

«Cuando el trabajo mata” fue publicado en 2019 en Francia, en y en 2022 en España, por la editorial Garbuix Books.

Participan en esta tertulia Alejandro López (@Zimmerman1982), Alfonso Grueso (@Ab_Vital) y Javier López Menacho (@LopezMenacho).

Para cualquier cosa, podéis escribirnos a qgeecomic2023@gmail.com.

CRÉDITOS
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Dirección y edición: Alejandro López Menacho.
Participan y asesoran: Alfonso Grueso y Javier López Menacho.
Voz cabecera: Vity García.
Voz datos técnicos: María Martín.
Música intro: Kai Engel – Something
Música datos técnicos: Doctor Turtle – Lullaby For Democracy
Música final: Spirit of Fire, de Fifty Sound
Todas las piezas musicales tienen licencia Creative Commons.

La obra Pinocchio, de Winshluss, analizada en el segundo programa de QGEEComic!

Llega el segundo programa de ¡Qué Grande Es El Cómic!.

En esta ocasión se debate sobre el cómic «Pinocchio», de Winshluss (Vincent Paronnaud) al guión y dibujo, y coloreado por Cizo, Frederic Boniaud, Thomas Bernard y Frederic Felder.

Fue publicado en 2008 en Francia, y en 2009 y 2015 en España, por la editorial La Cúpula.

Participan en la tertulia Alejandro López (@Zimmerman1982), Alfonso Grueso (@Ab_Vital) y Javier López Menacho (@LopezMenacho).

Podéis escribirnos para comentar cualquier cosa a qgeecomic2023@gmail.com.

CRÉDITOS DEL PODCAST
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Dirección y edición: Alejandro López Menacho.
Participan y asesoran: Alfonso Grueso y Javier López Menacho.
Voz cabecera: Vity García.
Voz datos técnicos: María Martín.
Música intro: Kai Engel – Something
Música datos técnicos: Doctor Turtle – Lullaby For Democracy
Música final: Twenties, de Peyruis
Todas las piezas musicales tienen licencia Creative Commons.

QGGECómic 1×01 Basura, de Derf Backderf

En el primer programa de ¡Qué grande es el Cómic! vamos a analizar una obra de una calidad incuestionable. Se trata de Basura (TRASHED), del autor norteamericano Derf Backderf.

Edición original: Trashed (editado por Abrams Comic Arts)

Edición nacional/ España: Astiberri Ediciones

Guion y dibujos: Derf Backderf

Dibujo: Derf Backderf

Sinopsis: Basura sigue las estridentes peripecias de tres amigos de veintitantos años que limpian las calles de montones de malolientes detritus, al mismo tiempo que sufren a los insoportables burócratas de una ciudad pequeña, sus extravagantes vecinos, el asfixiante calor del verano y las gélidas tormentas de invierno. Basura es una ficción, pero está inspirada en las propias experiencias de Derf como basurero.  

Formato: Rústica con solapas; 240 páginas en bitono

Precio: 20,00€

Mejor rotulación en los premios Eisner

ESCUCHA EL PROGRAMA HACIENDO CLICK AQUÍ O EN LA IMAGEN DE ABAJO

CRÉDITOS DEL 1X01 DE QGGECOMIC

Dirección y edición: Alejandro López Menacho.
Participan y asesoran: Alfonso Grueso y Javier López Menacho.
Voz cabecera: Vity García.
Voz datos técnicos: María Martín.
Música intro: Kai Engel – Something
Música datos técnicos: Doctor Turtle – Lullaby For Democracy
Música final: HoliznaCC0 – White Trash Blues
Todas las piezas musicales tienen licencia Creative Commons.

Nace el podcast ¡Qué grande es el cómic!

Dijimos que volveríamos al periodismo cultural y así lo hemos hecho. Os damos la bienvenida a ¡Qué grande es el cómic!, un programa de reciente creación en el que analizaremos obras del noveno arte que, creemos, merecen ser rescatadas.

El título de este podcast es un claro homenaje que no necesita explicación. 

En este programa vamos a conversar sobre tebeos desde el análisis y con sentimiento, buscando un enfoque nuevo, diferente al canon establecido, un prisma que relacione estas obras con lo que está pasando ahí fuera, en la calle; buscando el trasfondo y debatiendo sobre la forma.

Os invitamos a participar en este podcast comentando la tertulia en nuestras redes sociales haciéndonos llegar vuestras opiniones, pero, ante todo queremos que disfrutéis del cómic y de todo lo que puede dar de sí.

Nuestra idea inicial es que el podcast tenga periodicidad mensual y que siempre haya una pequeña dosis de ¡Qué grande es el cómic! que llevarse a los oídos. Nos gustaría vuestra compañía en esta reivindicación del cómic.

¿Quiénes nos hemos embarcado en esta propuesta cultural?

Alejandro López Menacho, periodista working class, fundador de La Réplica y autor del libro 101 películas españolas para entender el presente en Héroes de Papel.

Alfonso Grueso, articulista en Big Sur Series, consultor editorial en Phantaleon, sello de cómic de la editorial Hojas de Hierba y bajista en Nulo Band.

Javier López Menacho, escritor y autor de varios libros como Yo, Precario, Yo, Charnego, La Farsa de las Startups entre otros.

¿Dónde estaremos disponibles?

Vais a poder escucharnos en nuestro canal de Ivoox y contactar con nosotros a través del correo electrónico QGEEComic2023@gmail.com.

La muerte en diferido de Carlos Pacheco y el maldito clickbait

La bochornosa cobertura periodística del fallecimiento de una de las mayores figuras de la historia del cómic español desvela el amateurismo de la industria y hace saltar las alarmas sobre la mala praxis periodística en medios generalistas que presumen de rigurosos.

La noticia saltaba este miércoles a primera hora de la mañana; Carlos Pacheco, el que quizás sea considerado el dibujante español más trascendente y prestigioso de la industria del cómic superheróico, había fallecido a los 60 años por complicaciones derivadas de una enfermedad diagnosticada meses atrás, la ELA, o como se le conoce sin abreviaturas, la esclerosis lateral amiotrófica. 

La exclusiva la ofrecía nada más y nada menos que la Asociación Sectorial del Cómic, de la que formó parte el autor gaditano, en su página web a las 8:38 de la mañana. Para ajenos al mundo del cómic, dicha entidad representa a un colectivo importante de profesionales y autores de la industria, cuyos portavoces copan los principales eventos, coloquios y jurados relacionados con el noveno arte en España. En su página web se autodefinen como un “colectivo integrado por personas y entidades procedentes de las diversas áreas profesionales que componen el sector del cómic en España, cuyo principal objetivo es intermediar con las administraciones y colaborar con otros colectivos en pos de promover acciones que contribuyan a la mejora del sector”.

No fue el único foco mediático que publicaba la noticia, a las 9:16 de la mañana lo hacía el periódico El País, en un artículo firmado por la periodista Amalia Bulnes. 

La noticia difundida por estas dos fuentes, en teoría fiables, más el pesar mostrado casi al instante por muchos de los compañeros de oficio de Pacheco, hicieron correr como la pólvora la defunción del dibujante gaditano, que fue publicándose en la mayoría de medios locales y nacionales a lo largo de la mañana. 

Pero a la vez que la noticia se difundía de un modo exponencial, se daba una circunstancia sorprendente y diametralmente opuesta: Carlos Pacheco seguía respirando, sedado, en el Hospital de La Línea de la Concepción, en Cádiz. No había esperanzas de recuperación, pero aún estaba vivo. Así lo publicaban en sus redes sociales amigos íntimos de la profesión como el guionista Rafa Marín, el dibujante Jesús Merino o el manager y representante David Macho. Marín escribió un mensaje inequívocamente explícito: “Sepultureros, dejad que la familia comunique la noticia. Porque sólo entonces será verdad. Y aún no es verdad”.

Poco después, fue el propio alcalde de San Roque, Juan Carlos Ruiz Boix, presidente de la Diputación de Cádiz y amigo personal de Pacheco, el que desmentía su fallecimiento, aunque reconocía que el dibujante sanroqueño se encontraba sedado “en una situación que su hijo ayer me describió como que su padre está en boxes, evaluando sus órganos y con tarea por delante”, escribía en su perfil de Facebook.   

Carlos Pacheco y Carlos Giménez, en una imagen del perfil de twitter del autor gaditano

La ansiedad por dar la noticia, ya fuera producto de un error humano, motivada por acaparar la exclusiva, acaso ganar unos cuantos miles de clicks o convertirse en el foco de atención en las redes sociales, nos habría mostrado la cara más perversa del sector. Ni siquiera el respeto al crepúsculo de la vida del dibujante español de superhéroes más importante de la historia había frenado el clickbait o la noticia falsa. Una práctica desinformativa que hoy día supone un modus operandi peligrosamente aceptado por buena parte de los lectores y la práctica totalidad de las redacciones en los medios de comunicación.

Pareciera que lo importante en esta carrera por la exclusiva es ser el primero en contar lo que ha ocurrido, incluso cuando todavía los hechos no han ocurrido.

Pero el bochorno seguía su curso; ni el diario El País ni la asociación Sectorial del Cómic emitieron comunicados claros de disculpas o rectificación (al menos no consta actualmente en sus perfiles y webs oficiales) por haber adelantado una muerte que, desafortunadamente, se produjo a última hora de la tarde. Si a esto le añadimos homenajes mediáticos algo precipitados y con el féretro en caliente, el retrato queda ciertamente desolador.

No es la primera vez ni será la última que se entierra a un personaje público antes de tiempo; ahí están los casos de Michael Robinson o Hugo Chávez (El País, again) por citar algunos ejemplos; y en la misma industria del cómic se vivió algo parecido con el malogrado George Pérez. Pero sí es la primera vez que ocurre en la frágil y precaria industria española del cómic, incapaz de asumir con rigor y profesionalidad sus desafíos comunicativos, cautiva de la endogamia y del narcisismo creciente en prescriptores, divulgadores y autores.

No obstante, el estado de la industria española del cómic y su grotesco reflejo no es la peor de las moralejas; lo realmente grave es la normalización de la mala praxis en el periodismo generalista, la reducción a la mínima expresión de la ética periodística. Es de lamentar la frustración que genera esta inmunidad periodística, lo poco o nada que se penaliza airear una noticia falsa antes de tiempo o no haber contrastado las informaciones faltando el respeto a la audiencia y al oficio.

Porque la mala praxis periodística genera hastío y desconfianza, y siempre deja un reguero de damnificados, en este caso, la familia y los allegados al dibujante, cuya jornada del miércoles fue durísima.

Porque si este es el trato que se dispensa a una leyenda de las viñetas, a un artista pionero que abrió camino en la industria del cómic superheróico americano como ha sido Carlos Pacheco, ¿que no serán capaces de hacer con las personas y artistas más humildes?

* Sectorial del Cómic fue contactada por este periodista para conocer su versión de los hechos, sin éxito.

* La foto de Carlos Pacheco es de Luisete Plastikete y Vero Bautista para Ficomic

“La diversidad se está utilizando como chivo expiatorio de postulados reaccionarios”

El filósofo malagueño Antonio Gómez Villar presentó en Jerez de la Frontera, en el Corral de San Antón, el libro Los Olvidados, una rotunda réplica a las teorías procedentes de un “conservadurismo sensible”, las mismas que afean las luchas culturales e identitarias.

En una época compleja para el progresismo en España, la izquierda se encuentra perdida en el laberinto. Una emergente y errónea dicotomía entre lo cultural y lo material alimenta fricciones y genera desafección. Antonio Gómez Villar (Coín, Málaga, 1985) se ha propuesto romper este marco de confrontación teórica y generar otros espacios más amables y constructivos. Un reseteo que huye de nostalgias y mira con optimismo al futuro; hablamos con el autor sobre esta intrincada controversia y profundizamos en la tesis de su ensayo.   

¿Son los olvidados del siglo XXI un constructo ideológico reaccionario? 

“Los olvidados” es el sujeto político de las nuevas extremas derechas. Se presenta una dicotomía entre “los olvidados”, “los perdedores de la globalización”, frente a la mal llamada “izquierda cultural”. O sea, lo progre como sobredeterminación, como superficie de inscripción de odios y resentimiento. Una reacción ante las nuevas demandas y reivindicaciones del feminismo, las luchas antiracistas o el movimiento LGTBIQ. 

Habríamos de añadir que la apelación reaccionaria a “los olvidados” es también un intento de politizar las angustias existenciales de la crisis material y simbólica de las clases medias, otorgándoles un estatuto simbólico superior desde el punto de vista de género o racial. La clases medias no están atravesadas tanto por un miedo concreto a seguir perdiendo capacidad de consumo o bienestar material, cuanto una angustia existencial a perder el estatus social que hasta entonces detentaban. 

El libro parece una apelación a “La trampa de la diversidad”, teoría defendida por Daniel Bernabé. Según tu tesis, centrar el debate en la contraposición entre las luchas culturales y las luchas materiales, debilita la emancipación de las personas más necesitadas. 

La obra de Daniel Bernabé está atravesada por una hipótesis de partida: hay una fuerte imbricación entre las “luchas culturales” y el neoliberalismo. Esta perspectiva encierra dos supuestos: primero, siempre se refiere a los dispositivos de captura neoliberales, pero nunca atiende a qué puede querer decir “diversidad” antes de que tenga lugar el “crimen perfecto”, es decir, no hay anterioridad ontológica de las luchas antes de quedar atrapadas en las garras neoliberales. El único ámbito de análisis posible al que nos convoca es el de la captura. Por ello mismo, y en segundo lugar, introduce una violencia epistémica, niega que las “luchas culturales” constituyan un lugar válido de enunciación. No expresan potencia alguna, siempre aparecen como formas neutralizadas y despolitizadas. 

La verdadera trampa reside en la operación argumental de Bernabé: ocultar las bases materiales, de dominación y explotación de lo que él llama “diversidad”. El resultado de todo ello es la construcción de una suerte de enemigo interior, la “diversidad” como chivo expiatorio de postulados reaccionarios.

Destacas en el libro que la frustración por no haber alcanzado el poder político tras las revoluciones que comenzaron en 2011 ha desembocado en el inmovilismo hacia lo material.  ¿Estamos actualmente derrotados y con los brazos bajados? 

Creo que estamos viviendo el cierre del ciclo político que se inició en 2011 con la ocupación de las plazas, repertorios de acción transnacionales; un ciclo que tuvo su continuación con la irrupción de nuevas organizaciones políticas en la esfera de la representación, incorporando nuevos lenguajes y nuevos gestos. Podemos decir que estamos viviendo un momento de frustración por los intentos y anhelos de cambio políticos no logrados. En este marco de fin de ciclo, de bajamar, de desertización, la esfera política plebeya está atravesada por una atmósfera enrarecida. Desde el lamento por la cancelación del futuro, se acusa a las izquierdas de haber abandonado las luchas materiales, la politización de lo social y abrazado las luchas culturales como síntoma inequívoco de derrota.

Esta falsa dicotomía ha permeado en muchos de nuestros espacios políticos y está introduciendo lógicas paralizantes. El libro es un modesto intento por tratar de desanudar esas dicotomías, romper las codificaciones fijas y abandonar una lógica que no hace más que afianzar bandos. Hemos de reconocer que muchas de las ideas que plantean quienes consideran que hemos desatendido “lo material” están atravesadas por cuestiones ambivalentes y heterogéneas. Me interesaba, pues, prestar atención a sus razones para, desde ellas, encontrar otros hilos con los que desandar esta impotente madeja en la que algunos nos quieren encerrar.

Un momento de la charla con Antonio Gómez Villar. FOTO: Alejandro López

Eres bastante crítico con la izquierda; “con cada derrota sufrida, hay un repliegue intelectual identitario en el interior de las izquierdas como síntoma de incapacidad de su propia renovación”. ¿Es posible salir del atolladero en el que estamos metidos en España? ¿Como se puede revertir la tendencia derrotista y cainita?

Por supuesto que sí. Me parece que lo primero que hemos de problematizar es la manera en que nos estamos relacionando con el pasado. He identificado tres formas que bloquean las posibilidades de trazar otros horizontes de futuro.

En primer lugar, asumir metáforas restauradoras que nos convocan a un pasado idealizado e hipostasiado. Si las extremas derechas han asumido la nostalgia como el tiempo político de la reacción (“volver a hacer América grande” de Trump, el “rejuvenecimiento de China” que propone el PCCh o la inspiración en la España Imperial de Vox), algunas izquierdas se han mimetizado con este gesto, una suerte de reflejo obrerista, construyendo una clase obrera pura que sólo existe en sus fantasías y una incapacidad para atender a las potencias del presente más allá de ataduras fetichistas.

La segunda forma tiene que ver con adentrarnos en el pesimismo existencial. Quien quizás mejor ha expresado esta tonalidad emotiva ha sido Ana Iris Simón en su novela Feria. El relato comienza con esta frase: “tengo envidia de la vida que tenían mis padres”. Hay quienes han visto en esta enunciación un retorno a aquella constatación quincemayista “somos la primera generación que va a vivir peor que sus padres”. Sin embargo, entre una y otra existe una diferencia importante. El grito del 15M se inscribía en un horizonte antagonista: es el 1% de este país, la casta, las élites, las que están depauperando nuestras condiciones de vida a través del austericidio y la corrupción. Ello dibujaba una gramática política y un horizonte de luchas. En cambio, en la enunciación de Feria no se intuye proyección utópica alguna; antes bien, nos convoca a un cierre interior nostálgico y retrotópico.

La tercera forma consiste en negar relación alguna con el pasado, finiquitar el trabajo de duelo y proyectarnos hacia un presente libre, sin lazos, siempre abierto a reciclarse y a la reinvención sin límites. Un imperativo de olvidar, sin referencias, vínculos ni historicidades. Esta mirada es la propia del individualismo neoliberal, inscrita en un orden del tiempo inherente a la racionalidad neoliberal.

Contraria a estas tres maneras de relacionarnos con el pasado que bloquean nuestra imaginación política, me parecía importante recuperar la concepción de historia de Walter Benjamin, mirar atrás para recuperar los horizontes inconclusos, los “todavía no”, las promesas incumplidas. O, dicho, con Mark Fisher, dejarnos asediar por los fantasmas del pasado. Quizás esta sea la mejor manera de neutralizar a los fantoches del presente. 

¿La “posmodernidad”, o el concepto peyorativo en el que se ha convertido en parte de la izquierda más conservadora, es una falacia del hombre de paja?

Absolutamente. Son muchas las voces que consideran que la izquierda está encerrada en un “giro posmoderno”, una nueva ideología que ha despolitizado las desigualdades económicas, abandonado el horizonte revolucionario, claudicado ante las posibilidades de derrotar al capitalismo y eliminado cualquier objetivo realmente emancipador y transformador. En este sentido, “posmodernidad” se ha convertido en un arma arrojadiza, un concepto que es usado con fines impugnatorios. Han hecho del concepto “posmodernidad” un cajón desastre en el que se introducen ideas y autores como un conjunto homogéneo. Incluso se suele señalar como “posmodernos” a autores y autoras que nunca se han identificado con esa etiqueta.

“Exacerban lo anecdótico”; ¿se está intentando ridiculizar los planteamientos progresistas con la etiqueta de posmoderno? Dices que un repudio simplista y una mera condena de la posmodernidad carece de sentido.  

Creo que sí. Desde un punto de vista analítico, sucede que muchas veces se toma como punto de partida hechos puntuales, o anecdóticos, y se les otorga el rango de categorías. Ello permite decir que la izquierda es esencialista, identitaria o particularista.

Es bien probable que “posmodernidad” no sea el concepto más acertado, incluso poco afortunado, y es cierto que confunde más que aclara, pero da cuenta de cambios estructurales profundos, designa fenómenos históricos que han configurado nuestras sociedades, delinea una condición histórica. Por eso creo que señalar una complicidad entre posmodernidad y lógica capitalista del mercado es simplista. Es preciso otro tipo de aproximación crítica que vaya más allá de la mera condena moral.

La universidad ha terminado encerrándose en un circuito privatizado, ajeno a cualquier compromiso con lo común, incapaz de intervenir en lo social. La “excelencia”, la “calidad”, la “competitividad”, son conceptos que han ido apoderándose de la esfera académica y que nos sitúan en un marco neoliberal. ¿Es esta una batalla perdida?

Diría que dibuja el campo de batalla política. La Universidad ha sido en este país uno de los grandes laboratorios para la reorganización del mando neoliberal desde los años 80, a través de la articulación entre precarización y neoliberalismo. La cuestión reside, entonces, en cómo pensar nuevas formas de sindicalismos, nuevas institucionalidades, atender a la función social del conocimiento, repensar qué significa la autonomía universitaria, cuál es su relación con el modelo productivo, etc. Considero que el traje categorial crítico del que disponíamos para pensar esta encrucijada se nos ha quedado estrecho. 

¿Por qué crees que se está intentando desvincular las luchas culturales de lo material? 

Quienes sostienen que las izquierdas han abandonado las luchas materiales y éstas han sido sustituidas por luchas culturales introducen una falsa dicotomía, un esencialismo fenomenológico (cada práctica política comporta un tipo de experiencia) que tiene como objetivo introducir una valoración normativa de la realidad: jerarquizar demandas y reivindicaciones.

Es un error creer que luchar por una subida salarial o por abaratar el recibo de la luz es una lucha material y que el racismo o el machismo son formas culturales, porque toda forma de dominación estructura la materia, deja huellas materiales en el cuerpo. 

¿Hay fórmulas para unir en objetivos  a esa izquierda “obrerista” y apegada a “lo material” con la que entiende que lo material, cultural e identitario está entrelazado? 

No sé si existe algo así como una fórmula, pero sí creo que el primer paso consiste en intervenir en este momento de desorientación, frustración y bajamar que viven las izquierdas posibilitando otra atmósfera. Se corre el riesgo de introducir un antagonismo en el interior del campo político plebeyo, “lo material vs lo cultural”, que construye enemigos interiores y chivos expiatorios. Para encontrar un espacio de encuentro entre diferentes lo primero es salir y desanudar estas dicotomías paralizantes, romper las codificaciones fijas. Creo que el sentido común “obrerista” está compuesto de muchas cuestiones que son ambivalentes y heterogéneas. De lo que se trata, entonces, no es de consolidar bandos, sino de atender a las razones del otro, descomponerlas y encontrar hilos desde los que tejer otros argumentos.

“Vivimos en un mundo donde cada vez hay más muertos en vida”

La banda sureña Doctor Doppler presenta la obra Balada de un Cuerpo Inerte, una propuesta musical virtuosa y arriesgada que expone un potente mensaje antisistema. Este primer trabajo musical tendrá su réplica este mismo invierno.

Los supergrupos son un rara avis del universo musical que nacieron allá por la década de los sesenta. Se trataba de formaciones musicales compuestas por artistas que ya habían despuntado en otras bandas y que se unían en momentos concretos para dar rienda suelta a su talento y aportar lo mejor de sí mismos en un proyecto común. Supergrupos míticos como los Traveling Wilburys o The Dirty Mac pueden dar buena cuenta de ello. 

A escala nacional siguen surgiendo algunos supergrupos; en Andalucía, por ejemplo, podemos decir que el Doctor Doppler es un supergrupo andaluz de nuevo cuño. Formada por Javier Escaño (Killem, Revolulu Band, Mah), Ángel Busto y Santi Castaño (Revolulu Band, Mah), Dani Cardiel (Antagonista, Envilo) y Rafa Caballero (Rafa Caballero en solitario, Hoja de Ruta), esta banda de múltiples referencias une saberes y experiencia en un osado laboratorio musical. 

Este otoño han publicado su primera obra, la composición de larga duración Balada de un Cuerpo Inerte, una experiencia musical y visual que ya está disponible para su escucha en las plataformas de Youtube y en Spotify, entre otras. Hablamos con sus componentes para conocer el proyecto y profundizar en sus mensajes.

¿Cómo surge el proyecto de Doctor Doppler y cuál es su intencionalidad y sentido?

Dani Cardiel: Pues es curioso cómo nace el proyecto. Rafa Caballero y yo hemos colaborado en multitud de ocasiones en nuestras respectivas carreras y hemos colaborado en creaciones conjuntas como la canción Contra el Mundo, lanzada en formato single. Un día fuimos a un concierto de El Twanguero y, en el coche, hablamos de volver a colaborar. Allí habíamos quedado con Ángel, Javi y Santi, con los que yo ya había trabajado anteriormente. A todos nos pareció una unión de amigos y músicos muy potente y lo demás sólo fue dejar volar la imaginación.

Ángel Busto: Siempre tuvimos en mente hacer algo peculiar entre nosotros. A pesar de que somos compañeros desde hace ya muchos años, nunca nos habíamos reunido los cinco músicos para plasmar un proyecto sólido. Aprovechamos las horas de encierro en la pandemia para trabajar y producir en nuestros laboratorios BDUCI, nuestra primera propuesta. En ese sentido, queríamos proponer al público una obra audiovisual cargada de mensajes y simbolismos que provoquen un ejercicio de reflexión en el oyente y espectador del siglo XXI. 

Esta es una obra conceptual, claramente introspectiva, muy intensa, ¿qué pretendéis despertar en el oyente?

D: Personalmente siento el acto de crear música como una forma de expresar sentimientos y emociones. No suelo darle vueltas a qué sentirán los demás al escucharla. Es cierto que esta obra en cuestión tiene escondida una gran crítica social al sistema. Y es que estamos vivos en un mundo donde cada vez hay más muertos en vida.

A: Creo que nuestra visión general de la música es de por sí arriesgada, vista desde el contexto actual, donde todo es de usar y tirar, de corta duración y fácil digestión. No pretendemos ser pedagogos de nada, pero sí mover los hilos de la mente y fomentar la reflexión sobre la sociedad actual, poner en interrogante muchas cuestiones que consideramos de vital importancia.

Javier Escaño: A nivel musical creo que todos teníamos claro que queríamos hacer algo que se pudiera sostener tras varias escuchas y siempre pudieras percibir algún elemento nuevo en la composición. Queríamos algo que tuviera distintos colores más allá del rock más directo y nos permitiera añadir capas de instrumentos y crear pasajes más ambientales y evocadores. 

Rafa Caballero: En la pregunta está la respuesta. Despertar al oyente es uno de los retos; crear atención. Balada de un cuerpo inerte es una canción de diez minutos que puede presumir de someter a los sentidos del espectador. Si entras y viajas a través de BDUCI no te quedas indiferente. Doctor Doppler es un presente para los oídos que no se han descuidado en las dos últimas décadas.

Os habéis unido músicos que proceden de diferentes ámbitos y estilos, ¿cómo ha sido este encuentro musical y qué creéis que habéis aportado los unos a los otros?

D: Todos nos conocíamos de otros proyectos. Para mí ha sido una auténtica gozada, pues he tenido la suerte de vivir muchas experiencias vitales y musicales junto a todos los miembros de la formación. El rock progresivo y psicodélico de Revolulu Band, unido a la voz y los textos de Rafa ha sido una auténtica mezcla de calidad y saber hacer. 

A: La experiencia que estamos disfrutando es muy enriquecedora a nivel artístico y emocional. Cada compañero vuelca toda su experiencia en el proyecto, y además nos sirve como una herramienta de aprendizaje y experimentación en algunos campos. El hecho de mezclarnos varios músicos de pop, rock, metal,etc nos ha ayudado muchísimo a que el resultado final sea un caleidoscopio sonoro que se asienta en el rock progresivo de los 70, pero que también bebe de algunos pasajes lentos y melódicos propios del pop o la canción de autor.

J: Cualquier creación musical en la que sus integrantes vienen de contextos musicales distintos, da siempre como resultado algo enriquecedor si estás abierto a que lo sea. 

Habéis trabajado este proyecto en la distancia, en plena pandemia. ¿De qué modo ha afectado esta a la hora de componer letra y música? 

A: Llevábamos mucho tiempo hablando de cómo plasmar una autoproducción potente, y la pandemia resultó determinante para decidirnos a dar el paso. Para nosotros tenía mucho sentido hablar del “yo” y del “todo” que nos rodea en un momento tan difícil. Desde luego el sentimiento que nos unía era el de hacer algo que tuviera impacto, en nosotros mismos primero, y en el exterior después. Trabajar en la distancia supuso afilar mejor el proceso de producción, ya que estábamos entre Sevilla, Jerez y Madrid y no hubo reuniones físicas ni ensayos. Todo fue a base de videollamadas y grabaciones a distancia. 

La balada tiene un punto reivindicativo; habláis de “generación perdida”, de desarraigo, de la hipocresía de algunos sectores sociales… ¿hacía donde enfocáis la intención del texto? 

A: Lo primero que sentíamos componiendo la canción es que necesitábamos crear inestabilidad en la moral de las personas. No se trata de incomodar, pero sí de fomentar en el espectador y oyente una observación profunda de los temas que abordamos.

R: Hay una palabra que desde ciertas esferas de la sociedad y a través de la repercusión mediática se ha ido ganando desprestigio; antisistema. Si analizamos su significado es de las palabras más poderosas y bellas. La libertad de pensar y creer que algo no funciona. Doctor Doppler es una propuesta antisistema. 

BDUCI es un texto humanista con un claro mensaje de lucha de condiciones. 

En cada acto de la canción la letra está estructurada de manera diferente. Hay dos, acto I y acto III, más libres en la rima y con una riqueza de palabras muy sonoras y gustosas de cantar. Y en el acto II, el rock agónico se funde con dos décimas espinelas. Esa combinación de poesía y rock es una de las cosas que van a estar muy presentes en el laboratorio de Doctor Doppler.

Habéis fusionado el apartado musical con las imágenes. ¿Quién se ha encargado del grafismo y por qué queríais presentarlo así? 

Dani: El lápiz lo ha puesto Santi. Ha sido un trabajo genial el que ha hecho. La estética, el color, el ritmo de la imágenes, la crudeza de las mismas… me parece una auténtica pasada. El guión del vídeo lo hemos hecho entre todos, al igual que la composición musical. Una constante lluvia de ideas acerca de los simbolismos que queríamos tratar. La cantidad de documentos que tenemos compartidos en la nube es alucinante. 

A: “Balada de un Cuerpo Inerte” se presenta como obra audiovisual donde música e imagen tienen la misma potencia. Santi, bajista del proyecto, ha dirigido y producido todo el apartado visual, con algunas aportaciones del resto de compañeros.

Santiago Castaño: He jugado con el simbolismo, con muchas metáforas; nada está puesto al azar y todo adquiere un significado. Para nosotros el vídeo tiene un sentido, pero cada uno puede otorgarle el sentido que desee, ahí está lo bonito y lo interesante de cuando arte y poesía caminan juntos. 

¿Qué influencias y referentes habéis manejado en la composición de esta balada?

A: Es difícil ponerle límites a esto porque realmente hemos sido totalmente libres a la hora de componer y hacer arreglos. Quizás sea el rock de los setenta en general el estilo predominante y como denominador común, pero con varios giros hacia la canción de autor, el pop o el metal. Hemos bebido de Pink Floyd, Steven Wilson, Calexico, incluso de la última era de Extremoduro etc… Todo es posible en el laboratorio de Doppler.

J: A nivel de producción nos hemos fijado mucho en artistas/productores como Steven Wilson o Alan Parson. Esto, unido a partes más acústicas al estilo de Pájaro o partes de rock sureño o blues, hacen de la obra algo al alcance de muchos tipos de oyentes.

¿Tiene Doctor Doppler afán de continuidad?, ¿hasta dónde llegará el proyecto?

D: Una vez que tuvimos terminada Balada de Un Cuerpo Inerte y vimos la calidad del trabajo no dudamos en darle continuidad. Seguimos componiendo nuevas ideas para poder lanzar algo este otoño. 

Como jornaleros de la música que sois, ¿estáis pendientes de las últimas novedades sobre la ley para artistas?, ¿qué reivindicaciones tenéis y qué le diríais al Gobierno?

A: Siempre y cuando la legislación esté acorde a la realidad laboral de los artistas y los gremios que los acompañan, me parecerá bien. No tiene sentido argumentar mejoras que luego en la práctica no se pueden llevar a cabo. Me parece necesario revisar y actualizar la ley para artistas para mejorar este mundo laboral tan peculiar.

Tenéis varios proyectos paralelos al margen de Doctor Doppler; ¿cómo se compagina todo a la vez?

A: Este es el pan de cada día de cualquier músico en activo. Aunque no es nada fácil gestionar varios proyectos musicales a la vez, las ganas y la motivación de hacer algo artístico y que sea gratificante para uno puede con todas las dificultades (económicas, de tiempo, esfuerzo…). Es cierto que a veces debes priorizar una cosa sobre otra, pero entendemos que, a fin de cuentas, es como la gestión de cualquier otra profesión.

R: No hay una fórmula. Distancia, idas y venidas, otros proyectos… Siempre hay un hueco para trabajar en aquello que se hace desde las tripas. Es un lujo que los cinco aportemos y sumemos. Pasión y oficio.

“La eclosión del fútbol femenino abre un nuevo espacio y es muy buena noticia”

El veterano periodista presentó en Jerez de la Frontera una versión revisada y mejorada del libro 366 historias del fútbol mundial que deberías conocer (Espasa, 2022) en un momento en el que el fútbol moderno está cambiando a una velocidad vertiginosa.

La vida sonríe a Alfredo Relaño (Madrid, 1951), figura clave para entender el periodismo deportivo de nuestro país en las últimas décadas. Hoy, ya al margen de la dirección del diario AS, compagina su columna diaria de lunes a viernes con su colaboración en El País Deportes escribiendo sobre fútbol histórico y sus intervenciones en la radio. Se le percibe liberado, disfrutón, con ganas de hablar sobre deporte y, claro está, sobre fútbol. Acude a presentar la reedición de su documentado libro 366 historias del fútbol mundial que deberías conocer al jardín de la Luna Nueva, en el centro histórico de Jerez, en una fecha muy especial para la afición futbolera; la conmemoración de los doce años de la victoria de la selección Española en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica. Hoy, hablamos sobre fútbol y sociedad.  

Este libro es una reedición de una obra del 2010, que habéis querido mejorar y ampliar. ¿Por qué actualizar este compendio de historias?, ¿cuáles son los criterios que has elegido para la selección de estos relatos e ir descartando otros?

Fue una iniciativa de la editorial. El libro había funcionado muy bien en su momento y seguía vendiéndose a goteo cada año. Podíamos reeditarlo, sí, pero habían pasado muchas cosas en estos diez años que queríamos que estuvieran presentes en el libro. El libro cuenta, día por día del año, una historia futbolística relevante que ha pasado en ese mismo día años atrás. Puedes buscar una buena historia que ha pasado el día de tu cumpleaños, por ejemplo, siempre dentro de los 150 años de vida que tiene el fútbol. No son anécdotas, hay episodios realmente importantes que han marcado el rumbo del fútbol. Hasta en los años bisiestos han pasado cosas importantes, por eso son 366 las historias que concurren en el libro. En los últimos años han sucedido cosas importantes como la irrupción de los clubes estados (con la Champions que ha ganado Abramovich), el traspaso de Neymar al PSG por 222 millones de euros, la irrupción del fútbol femenino en España, el el balón de oro a Alexia Putellas y la asistencia de más de 90.000 en el Camp Nou para un partido de mujeres, el asalto del FBI a la FIFA por motivos de corrupción, la muerte de Maradona que conmociona al mundo, la tragedia del Chapecoense en un avión que era una porquería, etc. Hay como veinte episodios nuevos que he recogido porque merecían la pena destacarse.

Existe en las redes sociales una corriente de animadversión hacia el fútbol moderno y su idiosincrasia, acompañada de una romantización del fútbol de antaño. No sé si participas de ella. ¿Crees que la gente tiene añoranza del fútbol antiguo?

Sé que hay una página de “odio eterno al fútbol moderno” y comparto muchas de las tesis, sinceramente. En cambio, eso de “todo tiempo pasado fue mejor” no creo que sea cierto. Lo único que siempre fue mejor en el pasado es la fruta. Hay cosas de este fútbol que no me gustan: hay una invasión del marketing, una sobreabundancia de partidos, ahora surge la pretensión de la Superliga, una especie de copa de Europa cerrada y sin descensos. Eso no me gusta nada; pero sobreviven muchas otras cosas que me gustan. Ten en cuenta que yo conocí el fútbol en los 60, que era muy distinto. Ahora los estadios y los campos son mejores, la preparación física es mucho mejor, los jugadores se recuperan pronto de las lesiones… pero por ejemplo, ahora Busquets declaró que no sabe lo que es mano o no. Y si Busquets no lo sabe, si uno de nuestros mejores jugadores que hemos tenido, que lleva desde los once años jugando al fútbol y que lo ha ganado absolutamente todo, te dice con total sinceridad no sabe lo que es mano… hay ahí un problema.

Deduzco que no te convence el VAR.

A mi no me ha gustado. Siempre desconfié de ello; intenté creer pero al final solo demostró su eficacia en las jugadas de geolocalización, las que son de GPS. Si la pelota ha salido o no lo ha hecho y ese tipo de casos. El problema del VAR es que deja un campo grande a la interpretación, dice que interviene cuando es claro y manifiesto, pero ¿qué es “claro y manifiesto”? Para uno es una cosa y para el otro equipo es otra. Puede servir para evitar jugadas tremendas que han pasado a la historia más infame; la mano de Henry que dejó a Irlanda fuera de un Mundial, ese tipo de casos, el penalti a Guruceta, etc. Pero esos episodios son pocos. Y cada aficionado espera que le arreglen lo que a él le parece. Antes si un árbitro se equivocaba te fastidiabas, pensabas “pues no lo habrá visto” o “se habrá asustado”, pero con el VAR, que lo miran varias personas a la vez, con seis tomas, y aún así no te cuadra, no te van a quitar la idea de la cabeza de que te están estafando. 

En el libro mencionas el reciente boom del fútbol femenino, ¿cómo has vivido este fenómeno? 

La eclosión del fútbol femenino me ha gustado mucho porque abre un nuevo espacio. Ten en cuenta que tengo 71 años; yo he visto el fútbol, y no sólo el fútbol, de otra manera. He vivido cómo una mujer no podía sacar el pasaporte o el carnet de conducir sin el permiso de su marido. En mi infancia cualquier chica que se le ocurriera jugar al fútbol aterrorizaba a su familia; le decían “marimacho”, que estaba trastornada y disparates de esos. Pero la mujer ha ido ganando representación en el deporte. Fue participando en el baloncesto (¡tenían que ir unos panties hasta la rodilla que le cubrían el muslo!), en la gimnasia rítmica… En aquel tiempo el fútbol era tan estrictamente masculino, que ver ahora cómo han llegado a primer nivel, en un país de tanta tradición futbolística como España, me parece una noticia muy buena. Ocupan un espacio que siempre ha estado muy cerrado. Destaco en el libro el caso de Lily Parr, una futbolista británica de un equipo que se llamaba Dick, Kerr’s Ladies team. Era un equipo inglés asociado a una fábrica de municiones; las fábricas por entonces la llevaban las mujeres porque los hombres estaban en el frente, luchando en la guerra. Conformaron un equipo de fútbol que tuvo mucho seguimiento; metían a 5.000 espectadores en el estadio. Tuvieron tanto éxito que la Federación Inglesa se opuso a ello e incluso emprendió una campaña con calumnias para desprestigiarlas. Con el paso del tiempo tuvieron que disculparse públicamente con ellas.   

Has comentado alguna vez que te hubiera gustado escribir la historia de las remontadas del Madrid este año en la Champions. Realmente han sido remontadas increíbles. ¿Por qué crees que le temblaban los pies al Manchester City o al PSG? 

Para mí hay dos instantes claves en esas eliminatorias. El primero, el día del PSG, cuando Donnarumma se equivoca y Benzemá le roba el balón, pero sobre todo en la eliminatoria del City, que es la más clamorosa. El Madrid tenía perdida la eliminatoria desde los primeros minutos del primer partido, en los que fue perdiendo hasta el minuto ochenta y nueve del partido en Madrid, que perdía por dos goles. Y de repente empata, mete otro gol, no mete el tercero de milagro; al final lo materaliza en la prórroga… fue tremendo. Además, cayó derrotado Guardiola con todo lo que representa. Él es una especie de némesis del madridismo; es un hombre que tiene muchos méritos pero que para el Madrid es un adversario en todos los sentidos, fue del Barça, tiene afán nacionalista… por todo ello tiene al madridismo muy en contra. Es curioso cómo, de repente, a estos dos equipos le temblaron las piernas. Cuando entró el primer gol se originó una atmósfera eléctrica en el Bernabéu. Hay una especie de aliento que baja desde la grada y fortalece a los jugadores del Madrid; entonces el rival se derrumba. Hay muchos fantasmas en ese estadio, la potencia del graderío, la mística del Madrid, la leyenda de Di Stefano, es una cosa casi parapsicológica, difícil de explicar, pero que sucede.  

Alfredo Relaño, durante la presentación del libro en el jardín de La Luna Nueva, Jerez. FOTO: Alejandro López Menacho

En esos días se volvió a hablar de fútbol a todas horas en la calle… 

Las cosas tan excepcionales llaman mucho la atención. Luego la final ya no fue así; ganó la final porque el portero estuvo formidable y atinó a meter un gol; pero las semifinales se dieron circunstancias casi milagrosas, nadie lo esperaba.

¿Te ha sorprendido que en los últimos años surjan goleadas escandalosas al más alto nivel? ¿El 1-7 de Brasil-Alemania o el 2-8 del Bayern-Barça tienen alguna explicación?

No veo un hilo conductor entre estos partidos. Son cosas que han ocurrido por circunstancias muy raras, excepcionales, impropias de ese nivel. Al Barça, aparte de que era una temporada extraña, con la pandemia y en una sede neutral, le ha pasado mucho que el equipo se abandona cuando Messi baja los brazos. Cuando me dicen que Messi es el mejor jugador de la historia lo pongo en duda porque en cuatro o cinco ocasiones he visto al Barça ser goleado y a él abandonar completamente el partido. Permanecía cabizbajo y fuera del partido. Ese desánimo contagia a todos los demás. El otro partido fue una cuestión más táctica, se desencajó por completo el sistema de mediocampo de Brasil. En ambos casos son dos resultados espantosos. 

El pulso de la Premier y la Liga, con permiso del Bayern de Munich, lleva dominando el fútbol Europeo décadas. ¿Seguirá esta tendencia?

La Premier se va fortaleciendo más con estos clubes que tienen dinero por fuera. Florentino y Tebas, frecuentemente enfrentados, se quejan ambos de que hay un dinero extra por fuera de la industria del fútbol que favorece a la Premier. Y encima La Liga ha perdido dos portaaviones, Messi y Cristiano. Nosotros tuvimos unos años, con la Ley Beckham, que nos daba cierta ventaja porque algunos extranjeros tributaban menos a Hacienda. Pero ahora es España la que tiene desventaja fiscal con respecto a otros países con los que compite; en Italia o Inglaterra te cuesta menos que un jugador se lleve 10 millones limpios a casa que aquí. Y después aparecen clubes inflados como el Newcastle, que estaba en descenso y de repente, en enero, se llevó a Trippier del Atlético que jugaba Champions. Y se fue porque le pagan mucho más.     

¿Qué opinas de la turistificación del fútbol y casos como el partido contra el Eintracht en el Camp Nou?

Este tipo de cosas ha pasado mucho en Barcelona, pero también en Madrid, a cuenta de Messi y Cristiano, que mueven masas. Pero el caso del Eintracht sucedió por razones muy concretas. La pandemia hizo que el Barcelona diera un año de margen a los socios; permitió reservar sus plazas. Muchos socios dejaron libre su asiento. Encima el Eintracht vestía de blanco, por lo que chocó muchísimo ver una cantidad ingente de camisetas blancas en el Camp Nou. Pero fue un accidente, un descontrol de las entradas. Además vino en un momento que el Barça no estaba bien, con mucha confusión, cambio de entrenador… es muy raro que estas cosas sucedan, de hecho, no había sucedido nunca.

La diversidad sexual en el fútbol femenino es algo totalmente normalizado pero en el fútbol masculino sigue siendo un tema tabú. ¿Cuándo saldrá el fútbol masculino del armario?

Fíjate que salió Fashanu y acabó suicidándose. Y hubo un caso inglés reciente, sin malas consecuencias. En el ámbito del fútbol masculino hay una tendencia hacia el brutalismo machista tan grande que, es posible, que vaya eliminando a los homosexuales por el camino. Se supone que hay un 10% de homosexuales en la sociedad, sin embargo, no creo que en el fútbol sea así. Claro que saldrá del armario, pero para ello tiene que llegar jugadores homosexuales al más alto nivel. Cuantos más personas haya de un colectivo es más fácil que alguien se atreva y se sienta respaldado.

¿Donde se encuentran las mejores historias del fútbol; dentro o fuera del campo de juego?

Eso que me preguntas me hace pensar, me da hasta la idea de contar cuántas hay de una cosa y cuántas de otra. Pero así, a bote pronto, te diría que las historias más interesantes quizá hayan pasado fuera del campo. A mí me impresionaron de manera especial dos ocurridas en Italia; la del suicidio de Bartolomei y la del atropello mortal de Meroni, ídolo del Torino, cuyo causante llegó a ser presidente del club, pero lo tuvo que dejar al poco tiempo. Por cierto, que hay varias historias andaluzas curiosas, dos en Málaga, los nuevo goles de Bazán en un partido y el asesinato del presidente del Malaga, Antonio López, y otra en Sevilla, el del caso Antúnez entre el Sevilla y el Betis.