Días atrás, medio en coña, hacía referencia al estado de psicosis social en el que nos encontramos cual bola de nieve en pendiente descendiente (“Malos días para ser hipocondríaco”; “Joder, dejad ya de enumerar todas las posibilidades de contraer enfermedades y de morir que tenemos hoy, que he perseguido a un mosquito del Éufrates para ponerle mascarilla. Yo no aguanto este sindiós.”).