La liga de Tenerife que perdió Feijoo

1. Alberto Núñez Feijoo se creyó presidente del Gobierno de España antes de tiempo. Los masajes en sus medios afines y clientelares, la sobreestimación de las encuestadoras (Gad3 y Sigma Dos salen escardadas de estas elecciones) y los resultados cosechados por el Partido Popular hace apenas dos meses le hicieron sentirse presidente. Sus asesores le aconsejaron abrazar el trumpismo y presentarse en los medios con un buen saco de mentiras sobre el Gobierno de Sánchez. Hasta que Silvia Intxaurrondo hizo lo que no quisieron los presentadores de AtresMedia; le paró los pies en una entrevista en prime time por la mañana en la televisión pública. Desde entonces todo le fue de mal en peor: se le cazaron otras fakes news, se le cambió el gesto de la cara, le temblaba la voz con asiduidad y afloró el nerviosismo en la derecha y sus socios de la ultraderecha. Feijoo acabó inventando una lesión y desapareciendo de un debate a cuatro con los candidatos por puro miedo. Para colmo, reflotaba en la prensa internacional su relación con los narcotraficantes gallegos. En el año 1992 el Real Madrid llegaba al final del campeonato de Liga con medio título en el bolsillo y enormemente confiado. Su soberbia le jugó una mala pasada y terminó jugándose el título en un último partido contra un rival hambriento que le hizo la vida imposible. A poco del final, un malentendido de película entre Rocha y Buyo dejó al Real Madrid sin título. Como Feijoó, que ya se veía presidente y ahora tendrá que rezar para que Junts no permita a Sánchez prorrogar su mandato.

2. Nunca antes los medios de comunicación y las encuestas fueron concebidos como armas políticas del poder antes que servicios a la ciudadanía. Nunca antes intentaron confundir a la opinión pública anteponiendo sus deseos a la propia realidad. Desde la dupla Ana Pastor y Vicente Vallés hasta la demoscopia por encargo de la derecha, o el lobbie más poderoso de la comunicación española, Ana Rosa Quintana, Griso y Ferreras, actuaron como activistas del Partido Popular en la campaña. Ni con esas arrasó Feijoo y la blanqueada ultraderecha, pero aún salvados por la campana, el monopolio televisivo de la derecha en prime time es extremadamente preocupante. 

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La Réplica; el regreso del periodismo incómodo

Estamos de vuelta con un espacio diferente en el que escribiremos nuestras reflexiones periodísticas sin anclajes de ningún tipo, con total libertad. A modo de blog atemporal iremos colgando piezas que nos apetezca compartir y que sabemos que nadie se atreverá a publicar.

Hace algo más de año y medio, la revista sociopolítica que fue La Réplica cerró una primera etapa de periodismo contrapoder y disidente que concluyó con más de 3.000.000 de visitas, unos 1.500 artículos, y el paso por sus páginas de alrededor de 135 colaboradores y colaboradoras. Fue una etapa bonita.

Como decíamos en el editorial de despedida, y al igual que le sucedió a otros proyectos periodísticos coetáneos, “la vida nos pasó por encima”. 

Pero también es cierto que siempre entendimos La Réplica como un proyecto mutante, que podía transformarse en mil maneras de hacer activismo. No nos encadenamos a un formato, sino que nos gustaba imaginarlo buscando su propio espacio. Ya surgiría el tilín del corazón. Así, la vida ha dado algunas vueltas y hoy sentimos la necesidad de revivir el proyecto; sí, lo haremos. Será de una forma mucho más humilde, conciliadora, complementaria con nuestros trabajos y proyectos y sin el lastre de fijarnos entregas o una autoexigencia desmedida.

Vamos a reconvertir La Réplica en un espacio en el que escribir nuestras reflexiones periodísticas sin anclajes de ningún tipo, con total libertad. A modo de blog atemporal iremos colgando piezas que nos apetezca subir y las que sabemos que nadie se atreverá a publicar. Tenemos la intención, también, de recuperar de forma paralela el podcast de La Réplica en formato de conversaciones con trasfondo y calma. Todo eso pondremos en marcha; pero lo haremos con tranquilidad, independencia y amor al oficio. 

Hoy más que nunca, y con más razón después del panorama que se nos ha quedado en Andalucía, se necesitan voces del sur, críticas y constructivas. Es este mundo un lugar plagado de injusticias, donde el hiperindividualismo y la competitividad reinan a su antojo; es necesario pensar en colectivo y buscar cómo hacer de nuestra realidad un espacio más acogedor, sostenible y justo. 

Sigue mereciendo la pena replicar.

Le hemos dado un lavado de cara al proyecto, haciéndolo más minimalista y sobrio. Nos apetecía volver para seguir replicando, pero esta vez adoptando un formato clásico con perspectivas de futuro y que fuese conciliable con nuestro modo de vida. El nervio de la tecla sigue ahí latente, hoy más rebelde que nunca.

Os invitamos a acompañarnos en esta nueva aventura. 

Hemos vuelto. Seguimos replicando.