Es fácil de entender: la propaganda en manos del fascismo es un arma de destrucción masiva. El fascismo triunfa porque arraiga en el lado más oscuro de cada ser humano, allí donde se recuecen la ignorancia, el miedo y la envidia, por eso la desinformación, la mentira, la ola brutal de noticias falsas difundidas por los medios ha sido crucial en la victoria de Bolsonaro en Brasil.
El bombardeo masivo de fake news en las redes y a través de WhatsApp ha arraigado en la credulidad del pueblo y ha destrozado a sus oponentes. Las fake news han sido el «Goebbels-Schnauze» –el “hocico de Goebbels”- de Bolsonaro. El Tribunal Supremo Brasileño alcanzó a eliminar solo de Facebook más de 50 fake news contra Haddad. Para nada. Calumnia que algo queda. El desmentido, si llega, nunca tiene el alcance de la mentira.
En la Alemania de los años 30 el régimen nazi distribuyó a las familias el Volksempfänger, un modelo de radio que solo podía captar emisoras locales, a fin de que los alemanes no contrastaran en otros países la información suministrada por el nacionalsocialismo. A través del Volksempfänger, Goebbels difundió miles de mentiras contra los judíos, los comunistas, los católicos, los países vecinos… odio en estado puro.
El propio Speer, ministro de Armamento y de Guerra del III Reich reconoció en el juicio de Núremberg: “80 millones de personas fueron privadas del pensamiento independiente. De ese modo fue posible sujetarlos a la voluntad de un hombre”. Un simple aparato de radio. En Rusia, Stalin, con mucha menos técnica y refinamiento hacía lo propio con los rusos.
Las redes sociales han sido esta vez el “Hocico de Bolsonaro” y, como en la Alemania nazi, la mentira le ha dado resultado. Ya intuimos la clase de monstruo que es Bolsonaro, la desgracia del pueblo brasileño también la barruntamos, pero dada la reciente eclosión de los fascismos en España, la pregunta es: ¿Pueden los medios, las mentiras, la manipulación masiva, la desinformación constante, los bombardeos de fake news ejercer en nosotros la misma influencia que en los brasileños? Si no estamos alerta, es posible.
Hay ya tabloides en la red financiados por vaya usted a saber quién especializados en barnizar de mierda a todo rival del fascismo o del neoliberalismo, que viene a ser casi lo mismo. Constantemente. Hay docenas de tertulianos ejerciendo de calumniadores profesionales, todo el día en el candelero. Hay estrellas mediáticas expertas en desinformar y programas televisivos dedicados únicamente a eso. Algunas cadenas directamente intoxican. Facebook está infectado de fake news contra los líderes más significativos de la izquierda. En algunos grupos de WhatsApp las fake news son diarias y salvajes. Los trolls han tocado a degüello.
Cuando llegue el momento, la desinformación y la mentira pueden inclinar la balanza en España como lo han hecho en Brasil. Conviene estar alerta.
Jose Antonio Illanes
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