El 30 de junio de 2005, el Congreso de los Diputados legalizó los matrimonios homosexuales.
Se trataba de un enorme avance para la sociedad española. Y un gran mérito para el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Mientras los medios estaban centrados en esta noticia, a última hora, en el Parlamento se aprobó algo menos sonado.
Se trataba de una modificación de la Reforma Fiscal, que liberaba a las SICAV de ser fiscalizadas por la Agencia Tributaria. De esta manera, las SICAV, fórmula jurídica por la que las familias ricas tributaban solo por un 1% de sus ganancias, quedaban amnistiadas y reguladas por la Comisión Nacional del Mercado de los Valores (CNMV).
El número dos de la CNMV era Carlos Arenillas que, hasta la entrada en el gobierno de Rodríguez Zapatero, había gestionado varias de esas SICAV. Una de ellas, en compañía de su mujer, Mercedes Cabrera Calvo-Sotelo, que en 2006 sería ministra de Educación y reclutaría, como jefa de gabinete, a Carmen Balsa, esposa de David Vegara, por entonces, número dos del ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes. Dos matrimonios bien conectados y expertos en el laberinto de la elusión fiscal, que les conectaba con las familias más opulentas de España.
Huelga decir que durante aquel verano nadie habló de SICAV. Muchos no sabíamos por entonces lo que significaban esas siglas. Cuando estalló la crisis y se desplomaron los ingresos —la principal causa del aumento del déficit—, ya no habría forma de meterles mano.
Gracias a lo que aprobó el Congreso, las SICAV de muchas familias multimillonarias quedaron exoneradas de investigación alguna.
Destacaba, entre otras muchas, la de César Alierta, entonces presidente de Telefónica e investigado por los técnicos de Hacienda.
Dos años después, Alierta nombró a Javier de Paz consejero de Telefónica. De Paz era amigo íntimo de Zapatero y uno de sus mayores mediadores con el mundo empresarial. Trinidad Jiménez, exministra de Sanidad y de Exteriores, también acabó en esta gran compañía.
Gobernar con estabilidad y sin riesgos implica cuidar a tu gente. Y tu gente tiene que ser también la que más dinero tiene. Lo demás es cortar cintas e inaugurar obras públicas.
Hace falta un enfoque periodístico que analice adecuadamente lo que está pasando. En «Las redes de poder en España» tenéis una pequeña muestra de ello.
* FOTO: EFE/Sergio Barrenechea

Andrés Villena

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