¿Por qué ha habido una debacle de la izquierda en Andalucía? 10 claves para entenderlo todo

  1. Cuando en octubre del 2020 se produjo la desagradable y esperpéntica ruptura entre Podemos-IU con los Anticapitalistas de Teresa Rodríguez, traducida en una expulsión del grupo parlamentario de dicha facción, cualquiera que conociera la lógica en términos políticos pudo deducir que aquello garantizaba un mal resultado en las elecciones que estaban al caer. Lo que ha sucedido en Andalucía con las izquierdas no sorprende a nadie; y aunque haya habido una (aparente) tregua ante la opinión pública, ambas formaciones (en sus fundamentos y en lo personal) se odiaban, se odian y se seguirán odiando. El resultado de espolear tanto odio ha sido una estrepitosa y contundente derrota electoral. Todos sabían que iba a suceder pero nadie ha encontrado soluciones por el camino; y nadie lo ha hecho porque han antepuesto su inquina a los intereses de una mayoría andaluza.
  1. Cuando Maria Jesús Montero renunció a liderar una “misión Illa” en Andalucía, el PSOE firmó su renuncia a la batalla electoral. Al igual que en la Comunidad de Madrid, su candidato no ha tenido la más mínima opción de ganar. Juan Espadas era un remedo sureño de Ángel Gabilondo; un candidato aburrido, gris y tirando a conservador. Un profesional de la política que podría haber militado en Ciudadanos e incluso el Partido Popular sin que el electorado se percatara del cambio. Era una candidatura sin un ápice de frescura, herencia suave de Susana Díaz. Espadas reclamó una y otra vez el voto útil sin ofrecer propuestas de izquierdas de calado. Días antes de las votaciones se filtró a los medios una encuesta interna del partido socialista que no daba esperanza alguna al candidato. Imposible mandar un mensaje más nítido a tu electorado; vote usted otra opción.  
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La Réplica; el regreso del periodismo incómodo

Estamos de vuelta con un espacio diferente en el que escribiremos nuestras reflexiones periodísticas sin anclajes de ningún tipo, con total libertad. A modo de blog atemporal iremos colgando piezas que nos apetezca compartir y que sabemos que nadie se atreverá a publicar.

Hace algo más de año y medio, la revista sociopolítica que fue La Réplica cerró una primera etapa de periodismo contrapoder y disidente que concluyó con más de 3.000.000 de visitas, unos 1.500 artículos, y el paso por sus páginas de alrededor de 135 colaboradores y colaboradoras. Fue una etapa bonita.

Como decíamos en el editorial de despedida, y al igual que le sucedió a otros proyectos periodísticos coetáneos, “la vida nos pasó por encima”. 

Pero también es cierto que siempre entendimos La Réplica como un proyecto mutante, que podía transformarse en mil maneras de hacer activismo. No nos encadenamos a un formato, sino que nos gustaba imaginarlo buscando su propio espacio. Ya surgiría el tilín del corazón. Así, la vida ha dado algunas vueltas y hoy sentimos la necesidad de revivir el proyecto; sí, lo haremos. Será de una forma mucho más humilde, conciliadora, complementaria con nuestros trabajos y proyectos y sin el lastre de fijarnos entregas o una autoexigencia desmedida.

Vamos a reconvertir La Réplica en un espacio en el que escribir nuestras reflexiones periodísticas sin anclajes de ningún tipo, con total libertad. A modo de blog atemporal iremos colgando piezas que nos apetezca subir y las que sabemos que nadie se atreverá a publicar. Tenemos la intención, también, de recuperar de forma paralela el podcast de La Réplica en formato de conversaciones con trasfondo y calma. Todo eso pondremos en marcha; pero lo haremos con tranquilidad, independencia y amor al oficio. 

Hoy más que nunca, y con más razón después del panorama que se nos ha quedado en Andalucía, se necesitan voces del sur, críticas y constructivas. Es este mundo un lugar plagado de injusticias, donde el hiperindividualismo y la competitividad reinan a su antojo; es necesario pensar en colectivo y buscar cómo hacer de nuestra realidad un espacio más acogedor, sostenible y justo. 

Sigue mereciendo la pena replicar.

Le hemos dado un lavado de cara al proyecto, haciéndolo más minimalista y sobrio. Nos apetecía volver para seguir replicando, pero esta vez adoptando un formato clásico con perspectivas de futuro y que fuese conciliable con nuestro modo de vida. El nervio de la tecla sigue ahí latente, hoy más rebelde que nunca.

Os invitamos a acompañarnos en esta nueva aventura. 

Hemos vuelto. Seguimos replicando.