El ciclo electoral que comenzó el 15M de 2011 concluyó ayer con un regreso al bipartidismo, la desmovilización de los sectores populares y un cruce de reproches entre quienes intentaron liderar los reclamos de aquel hastío político que desembocó en una crisis de régimen. De todo aquello, hoy apenas queda nada.
Es la historia de un político mediocre que ha completado una historia épica, como pocas hay en la historia de la política española. Una historia de olfato, cintura y entereza política.
Contemplo con estupor y vergüenza cómo en un pueblo andaluz, Coripe (Sevilla), linchan, queman y tirotean al personaje Judas del año, que no es otro que Carles Puigdemont.
Quiero contaros una anécdota de la que me he acordado ahora, ante la demanda de disculpas del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la Corona española por la Conquista.
Ese partido del que usted me habla, Ciudadanos y los separatistas, todos a una como en Fuenteovejuna –ya ven la cabeza del comendador en una pica-, votan al unísono para tumbar los presupuestos más sociales que se recuerdan.
La posibilidad es remota, un caso entre un millón, de que existan tres gemelos idénticos. Pero en España, que siempre ha sido un país de excepciones, muchas de ellas deshonrosas, tenemos un caso mediático: Casado, Rivera y Abascal.
Este año de nuevo, y coincidiendo con el fin de temporada de caza, en treinta y una ciudades españolas saldremos a la calle, para volver a repetir NO a la caza.
Como tocados por una maldición, Podemos puso fin a su historia de indignación y rabia con las instituciones del país y sonrisas en la calle, repitiendo exactamente los patrones autodestructivos que se le presupone a la izquierda. Creación de familias, egos descontrolados, puñaladas traperas y atomización.
E l feminismo nació como un movimiento para reclamar el derecho de las mujeres a una vida propia. Desde que tenemos datos que podemos revisar gracias a la escritura, nos encontramos con mujeres que ejercen el poder de alguna manera, pero siempre a la sombra y a las órdenes de sus padres, esposo e hijos.
Hace poco tiempo escuchaba una de las canciones más emblemáticas de la Transición española: L’Estaca. Con letra y música de Lluis Llach, fue publicada en el emblemático 1968. Han pasado muchos años desde que la escuchara por primera vez: y aquí seguimos…
Aquí seguimos, con un sentimiento agridulce: dulce por haber reencontrado a una compañera de viajes; de muchos viajes en espacios compartidos cantando esa canción frente a un tocadiscos –sí, los tocadiscos hace muchos años que desparecieron, pero no la necesidad de escuchar y cantar esa canción- o en la calle como un grito, también compartido, de rebeldía.
Aquí seguimos, con un sentimiento amargo. Han pasado muchos años, pero aquella canción sigue siendo necesaria.
Aquella
canción, en una lengua que apenas conocíamos, nos hablaba de una identidad
silenciada en aras de un españolismo, de un patriotismo castrense y castrarte,
que nunca resolvíó las demandas identitarias de una parte importante del país y
aún se niega -no ya a resolver, ni siquiera a escucharlas- siendo su única
respuesta: primero la policía, después la judicatura y por último la cárcel.
La misma secuencia de aquellos tiempos de L’Estaca; de “las estacas”. La
pequeña diferencia es que en esos tiempos vivíamos en una dictadura. ¿Y
ahora?
Aquella
canción, nos hablaba de unidad, de una unidad necesaria en
estos tiempos inciertos, donde, una vez más y como siempre, la izquierda se
presenta divida; enzarzada en disensiones internas que no hacen otra cosa
que mostrar una imagen y una realidad -una realidad electoral, que es la
realidad que se impone en política- de fragmentación. ¿Cuándo aprenderemos…?
En la canción, la estaca se presentaba carcomida: ben corcada deu ser ja. Si embargo, la estaca a la que seguimos atados hoy en día está cada vez más fuerte y mejor asentada. Recodemos las últimas resoluciones judiciales poniéndose, sin lugar a dudas, al lado del poder económico y en contra de la ciudadanía, demostrando una vez más lo que decía Eduardo Galeano: La justicia es como las serpientes, solo muerde a los descalzos. Recordemos la Ley Mordaza, que sigue en vigor. Recordemos…
Una
canción que en estos tiempos continúa siendo imprescindible en un país donde,
más de 40 años después de la muerte del dictador y otros tanto de supuesta
democracia, continúa, habiendo represión política y respuesta judicial
contar aquellos y aquellas que manifiestan ideas divergentes al pensamiento
dominante. No estoy hablando de los políticos catalanes presos, que también son
presos políticos, pues a día de hoy no han sido juzgados y por lo tanto no
pueden estar en prisión por los hechos que se les imputan pues judicialmente no
son hechos probados, estándolo entonces por sus ideas independentistas. Me
refiero a periodistas,
raperos y tuiteros, juzgados ysentenciados
por “delitos de opinión”.
Que
hoy, 50 años después de publicado aquel tema, continúe reivindicándose la
libertadde expresión, no puede otra cosa que entristecernos a la
vez que hacernos pensar en lo poco que hemos avanzado.
Como decía la canción:
Però, Siset, fa molt
temps ja,les mans se’m van
escorxant,i quan la força se me’n
va ella és més ampla i més
gran.
¡ Pero, Siset, ha pasado
tanto tiempo así ! Las manos se me están
desollando,y en cuanto abandono un
instante, se hace más gruesa y más
grande.
Quizás ya no nos queden las mismas fuerzas para seguir cantando, gritando, la letra sencilla pero contundente de L’Estaca. Quizás ya no tengamos fuerzas para cantar, pero sí las ganas y la energía suficiente para, a través de estas líneas, seguir llamando a la unidad; a reflexionar juntos sobre aquella estaca a la que estamos, a la que seguimos atados, pues los “tiempos felices” de la Transición no han hecho otra cosa que transformar el paisaje de la dictadura en un decorado de democracia que, en realidad, no es más que eso; un decorado; una ficción; una quimera…
Quizás, no para cantar pero sí para seguir diciendo una vez y otra que, si estiramos fuerte, esa estaca caerá; ese sistema corrupto como la estaca que describe l’avi Siset, el viejo Siset, sustentado en una Constitución a la que apela de manera continua y de manera sistemática incumple, también caerá y ens podrem alliberar; podremos liberarnos para vivir en una auténtica democracia.
.1) La derecha gobernará por primera vez Andalucía, a la undécima legislatura andaluza, con un acuerdo de sus tres formaciones de derecha y ultraderecha.
Sabemos que pudo ser, y no fue, el gran presidente español de nuestra democracia. Sabemos que traicionó a su país firmando con nocturnidad y alevosía firmando la reforma del artículo 135 de la constitución y dejando al país a merced de los hombres de negro.
Cuando, hace años, me manifestaba públicamente como defensor del feminismo o abiertamente me declaraba feminista,recibía por parte de mis congéneres un gesto de desprecio, una risita burlona que ponía en entredicho mi masculinidad o, lo más frecuente, ambas cosas.
Empresas que por un lado hacen campañas contra las injusticias y por otro abusan reiteradamente de su clientela.
Empresas que hacen campañas feministas y luego no cumplen su política de igualdad (Campofrío, hace su Spot «Deliciosa calma» teniendo en plantilla 1684 hombres y 468 mujeres e incumpliendo su propio acuerdo en material de igualdad).
Vamos al grano: Se equivoca Pedro Sánchez en su intervencionismo a base de decreto ley del sistema judicial. Actuación que recuerda mucho al Partido Popular, que gobernó prácticamente toda una legislatura así.
Los mensajes despectivos hacia Andalucía son ya un terreno común entre nuestra clase política, que de vez en cuando se lucen con declaraciones altisonantes acerca de la población andaluza, independientemente del lugar en el espectro político donde se sitúen.
La historia trascendió ayer a los medios jerezanos. En primer lugar, La Voz del Sur se hizo eco de que el célebre pub de copas en Jerez, Damajuana, albergaría un acto de VOX, la formación de ultraderecha que está teniendo su momento de esplendor en la actualidad en España, a rebufo de otros países europeos. Luego, El Diario de Jerez dijo que cambiarían de lugar.
Siempre me ha interesado la figura de Iván Redondo, el Jefe de Gabinete de Pedro Sánchez, más que por la figura en sí misma, por todo las preguntas que me suscita su actividad.
Parece que las horas extras en este país los trabajadores las tienen que trabajar gratis. Según los últimos datos de la EPA, en2017 se realizaron en España una media de 5.800.000 horas extras a la semana. De ellas, el 46,9% no se pagaron, ni se cotizaron ni, por supuesto, se compensaron con descanso.
Hablemos claro, España tiene un problema grave con el auge del fascismo. Dicen los expertos que no es significativo, que su margen de crecimiento es limitado, que no da para más. Pero cualquier crecimiento entre quienes fomentan la intolerancia debe hacer saltar las alarmas. No hay plaga más eficaz en la historia de la humanidad que el odio.
Una fotografía que debiera ser histórica, en el peor sentido del término, recorrió ayer las redes sociales gracias a ese algoritmo que te selecciona lo más destacado del universo de Jerez de la Frontera.
Reflexiono sobre la impericia de las izquierdas en cuestiones de estrategia política. Los parias de la tierra van a por Casado, al que saben dañino como las hormigas, definitivamente lesivo para los intereses básicos de la famélica legión, ruiz con los débiles y servil con los fuertes, al servicio siempre de las élites económicas y medievales del país.
La llamada teoría del iceberg o de la omisión atribuida a Ernest Hemingway trata acerca de la técnica literaria que aplicaba el escritor estadounidense al significado de sus cuentos o artículos periodísticos los cuales no debía explicarse en el relato de superficie sino que la esencia de la narración debía subyacer por debajo sin que se notara.
El día en que se hizo pública la noticia del safari del rey Juan Carlos I en Botsuana, la monarquía española sabía que se enfrentaba a un cataclismo de dimensiones colosales. Pero no se imaginaba que lo que se avecinaba era el fin de una época.
Os voy a contar una historia que merece la pena que leáis.
El 13 de marzo de 1964 Kitty Genovese, una camarera de Nueva York, regresaba en coche a su casa. Eran alrededor de las tres de la mañana cuando aparcó a unos 30 metros de su edificio, situado en una zona residencial del barrio de Queens.
Decía Aldous Huxley que manejar el silencio es más difícil que manejar la palabra. Esta reveladora frase es válida, tanto para quienes hacemos de la palabra una parte esencial de nuestra vida, como para toda la sociedad.
Hace muy poco tiempo, en abril de este mismo año, el Errejonismo era una corriente influyente en una fuerza política con 42 parlamentarios. Hace tan solo cuatro años, su influencia era aún mayor, Podemos tenía 69 parlamentarios tras las elecciones generales.
Cada vez que llega el 20 de noviembre me acuerdo con nostalgia del tío Cipriano. De Franco también, pero con angustia y repulsa. También me acuerdo de los juramentos. No he vuelto a hacer ninguno desde el 20 de noviembre de 1975. ¿Por qué? Verán: Mi tío Cipriano abominaba de Franco, a pesar de haber hecho la guerra en su ejército — se jubiló como comandante de Ingenieros— , y de casi haber sobrevivido a la dictadura acumulando rencores y rumiando aversiones incurables contra el dictador. Nunca vi a una persona aborrecer tanto a otra.
El
apoyo electoral a la ultraderecha racista, machista y LGTBfóbica ha ido
creciendo en las últimas elecciones generales, autonómicas y municipales. Vox y
sus políticas anti-sociales y negacionistas del cambio climático, obtuvieron
sus mejores resultados en las pasadas elecciones generales del 10N,
especialmente al sur del Estado español (Murcia y Andalucía) y en Madrid.
Periodista de largo recorrido, en los últimos tiempos cubriendo la actualidad en la política nacional (dio la exclusiva del «Pacto del Abrazo» en La Vanguardia), Pedro Vallín ha publicado recientemente su primer libro: ¡Me cago en Godard!(Arpa, 2019), un ensayo arriesgado e incómodo que derriba mitos y lugares comunes del periodismo cultural, enfocando su análisis en la crítica cinematográfica, tan prejuiciosa y sobrada de vanidad. Mientras coloca a los periodistas frente al espejo, sus páginas descubren a un autor cómplice y defensor del gran público, feroz con los elitismos vacuos y dueño de un gran sentido del humor. Es el ensayo sobre cine del momento y sobre cine hablamos sin tapujos ni pelos en la lengua.
Con cautela y siendo conscientes de que aún hacen falta 21 escaños para sellar una investidura de carácter progresista, es de celebrar un acuerdo histórico que por primera vez en los últimos ochenta años brinda a un partido a la izquierda del PSOE la oportunidad de gobernar.
De todo lo ocurrido anoche extraigo una conclusión: Las urnas han firmado el certificado de defunción del bipartidismo. Españoles, el bipartidismo ha muerto. El viejo modelo ha fenecido. España quiere Gobiernos abiertos a la pluralidad.
Albert Rivera, hasta hoy
presidente de Ciudadanos y máximo dirigente de la formación naranja, es ya historia de la política
española.
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