Píldoras culturales: Trenque Lauquen

Dos hombres buscan a la mujer de la que están enamorados. Novio y amante en la búsqueda de una bióloga especializada en botánica que acude a Trenque Lauquen a realizar un trabajo para la municipalidad y que sostiene una columna feminista en la radio local. Pero Laura ya no está, Laura se fue, Laura se escapa de sus vidas.

Con este planteamiento y una estructura como de matrioskas, Citarella pasa de la Road movie rural, al drama de época, hasta la ciencia ficción hipnotizando al espectador durante cuatro horazas. Una cinta que es una mezcla de David Lynch, con Charles Burns, toques de Pedro Páramo, Kafka y suspense Hitchcockniano. Y un tono que va variando y desconcertando al espectador, que se ve en la obligación de seguir para terminar de resolver los distintos misterios que plantea la trama.

Organizada en doce episodios desordenados temporalmente pero organizados para dosificar la información, Trenque Lauquen funciona por el emplazamiento donde desarrolla su propuesta -esos pueblitos argentinos de interior-, sus grandes actuaciones, su lectura feminista, su fantástica banda sonora y el tono mutante de la película. Eso sí, no es para todos los paladares, si buscas una de suspense que conteste cada duda, estás perdiendo el tiempo. Esto va de huidas, de autorrealización, de obsesiones, de libertad y de alguien que rompe la baraja y trata de establecer otras reglas para el juego de la vida.

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